En la cabeza un montón de letras,
con una lapicera y un cuaderno
salgo a la calle a buscar palabras,
tratando de encontrar su verso;
y… ahí esta, como todos los días
pegado a la pared en su esquina
su mundo de un metro cuadrado;
brillan sus ojos muy negros
su rostro sin edad siempre
lo llena una gran sonrisa;
celebra la lluvia y agradece al sol
abriga todos los fríos y…
florece las primaveras;
sus ojos trasuntan alegría
y su sonrisa, una felicidad
tan pura que lastima;
el apuro y la locura
lo pasan de largo y el sonríe,
agradece una mirada y
sus ojos muy negros brillan,
en ellos… baila un duende travieso
con una felicidad tan pura,
que me duele no comprender
como compartirla